sábado, 24 de octubre de 2009

Recordando a Cristo.

“LA BRUJULA”

RECORDANDO A CRISTO
Hablemos a los hijos y nietos de Él.
Heberto Peterson Legrand

Que sea el nacimiento y no el árbol navideño el que ocupe un privilegiado espacio en nuestros hogares; reflexionemos sobre el verdadero sentido de la navidad recordando a ese niño en el pesebre que es la máxima expresión del Amor...
En gran parte de este artículo seguiremos el pensamiento de Mons. Fulton Sheen: La historia está llena de hombres que pretendieron venir de Dios. O que eran dioses, o portadores de mensajes de parte de Dios, tales como: Buda, Mahoma, Confucio, Cristo, Lao Tse y otros más, y cada uno tiene derecho a que se le escuche; y allí intervinieron la razón que todos poseemos y la historia.
La razón nos dice que si alguno vino realmente de Dios, lo menos que hubiese podido hacer para apoyar su pretensión, habría sido preanunciar su venida.
Dios tenía que decir primero a los hombres cuando vendría su mensajero, cuando nacería, donde viviría, la doctrinas que enseñaría, los enemigos que suscitaría, etcétera., porque si no lo hiciera, nada podría evitar que algún impostor apareciese en la historia y dijera vengo de Dios, así no hubiera ningún medio objetivo, histórico de probar al mensajero.
Cristo acredita su misión más que los otros. Buda no tuvo a nadie que preanunciase su venida, ni Confucio etcétera. En el caso de Cristo, debido a las profecías contenidas en el Antiguo Testamento, su venida no resultó inesperada, los otros eran hombres en medio de los hombres y no lo divino en lo humano.
Cristo se destacó diciendo: “ investigad los escritos del pueblo judío y la historia escrita de los babilonios, persas, griegos y romanos”.
Las profecías que como sabemos se cumplieron en Cristo, lo designaban no sólo como el Mesías sino también como verdadero Dios.
Isaías dice: “El mismo Dios vendrá en persona y os salvará” (35,4), y en otro lugar: “He aquí que una virgen dará a luz un hijo y su nombre será Emmanuel, esto es Dios con nosotros” (7,14).
Jacob dice: “ La casa de Judá no perdería el cetro sino cuando apareciera el Mesías. Gen, (49.10).
Miqueas profetizó que nacería en Belén: “ y tu oh Belén, eres pequeña respecto de las principales ciudades de Judá, pero de ti saldrá el que ha de dominar a Israel, el cual fue engendrado desde el principio de los días de la eternidad” (Miqueas.5.2)
Y así surgieron otras profecías más. Malaquías el último de los profetas existió 450 años antes de Cristo.
Otro aspecto interesante que le separa de las demás personas es el siguiente; cualquier otra persona vino a este mundo para vivir, mientras que El vino para morir. La muerte fue para Sócrates piedras de tropiezo, puesto que interrumpió su enseñanza, más para Cristo la muerte fue meta y el cumplimiento del propósito de su venida.
Así mismo lo confirman sus milagros.
Por otra parte, han querido algunos separar a Cristo de su Cruz y convertirlo en un humanista que enseño una fraternidad sin lágrimas. Tengamos cuidado, hay que recordar que Cristo no se presento como un simple maestro, que de hecho lo fue y el más grande. El se presento como el salvador de la humanidad.
Hay quienes quieren presentar a Cristo como un libertador político lo cual es un error, pues era mucho más que eso: un redentor que comía, paseaba y conversaba con niños y ancianos, con ricos y pobres, odiados y estimados por la sociedad, con santas y prostitutas. Siempre con un odio bien claro al pecado, pero con amor al pecador.
Los hombres de todos los tiempos han tenido la mala condición de ser tolerantes y hasta complacientes con los vicios y tiranos con las personas. Cristo era todo lo contrario, odia y condena todos los vicios y busca salvar a las personas que los cometen.
Para Cristo no hay acepción de personas, él condeno el racismo, la discriminación de sexo, nacionalidad o casta social, proclamando la genuina igualdad, entre los hombres. Para él no hay emigrantes, hombre o mujer, sexo, raza o nación, sino un pueblo de seres humanos modelados a su imagen y semejanza, igualmente redimidos y elevados a la categoría de hijos de Dios.
El Sermón de la Montaña fue la lección de jurisprudencia, como bien apunta Niceto Blázquez. Más justas y realista que jamás se haya pronunciado. Cristo proclamó los derechos de los pobres de espíritu y de los mansos de corazón, que son capaces de perdonar incluso a los enemigos; de los que tienen hambre y sed de justicia; de los misericordiosos; de los puros de corazón; de los que trabajan por la paz; de los que padecen persecución por predicar la verdad en general y el evangelio en particular.
Cuando Cristo tuvo el encuentro con María la prostituta no fue para despreciarla como persona, sino para ayudarle a iniciar otro género de vida más digna. Por primera vez un hombre la miró con cariño y no con apetencia malsana. Ella se convierte y transforma en una de sus más fieles seguidoras.
Cristo no hacía lo anterior para buscar votos, sino porque sabía que la persona humana tiene derecho a una vida digna de su condición.
Cristo que éste próximo 24 y 25 debería estar en el centro de los hogares, ojalá y se le abran las puertas de los corazones y nuestros hijos y nietos sepan que el nos pidió que nos amaramos los unos a los otros, que el es quien trae la verdadera paz cuando los hombres acatamos su voluntad y no se pierda su atención sólo en los regalos, en la cena y las bebidas de espaldas a los demás, a los más necesitados. Debemos ser solidarios, vivir la caridad y dar algo de nosotros mismos a nuestros hermanos para que ese sea el sentido de la navidad y verdaderamente festejemos la presencia del Dios encarnado que quiere ver la justicia encarnada en el mundo a través de nosotros mimos.
Que no sea la embriaguez, ni el exceso de comida de espaldas al que no tiene que comer, ni las leperadas sino el verdadero espíritu de amor por nuestros Semejantes.

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