Una Sociedad Ausente.

“LA BRUJULA”

UNA SOCIEDAD AUSENTE

Heberto Peterson Legrand

Un país con una sociedad ausente del quehacer político y social corre el peligro de caer en crisis de distinta naturaleza.
La ausencia, lo hemos comentado en otras ocasiones, es dejar en manos de otros nuestras propias decisiones y dejar que el rumbo del país sea orientado contrariamente a nuestros deseos, es dejar el destino de nuestras familias a otros irresponsablemente, por no tener conciencia de nuestras obligaciones y del ejercicio de nuestros derechos.
Hay que educar a la sociedad para que tome conciencia de sus derechos y deberes, de la necesidad de ejercitar los primeros y exigir su respeto por parte de los demás.
Bien dice Juan XX111 en su encíclica: Paz en la Tierra, que el Bien Común se da cuando se practican y respetan los derechos de la persona humana.
Muchos viven arrastrados por actividades que los encaminan sólo a buscar bienes materiales que les produzcan satisfacciones, el consumismo es para ellos una prioridad que desplaza a cualquier otra, jamás se involucran en actividades compartidas que tengan como objetivo el resolver el problema de otros, el egoísmo, su individualismo esta muy por encima de cualquier acto solidario, en su diccionario la palabra solidaridad no existe.
Uno de los derechos fundamentales del cual se derivan los demás es el derecho a la vida.
Ayer vi un video donde mientras una criatura se arrastraba-en algún lugar de Africa- lo seguía un zopilote esperando que cayera muerto para devorárselo, en otro cuadro se veía a un jovencito con su boca pegada a un animal en la parte anal para comer su excremento y no morirse de hambre...
Cuadros como esos lo sacuden a uno y lo obligan a reflexionar. Yo me decía: Nosotros gastando millones de pesos para que los partidos promuevan la imagen de los candidatos mientras vemos otras imágenes de hermanos en la peor de las miserias; el mundo gastando miles de millones de dólares en armamentos y equipo militar, en guerras como la de Irak en pleno siglo XX1 con una impresionante tecnología mientras millones de vidas se apagan porque es más importante promover la cultura de la muerte que la cultura de la vida...
Hoy los medios de información nos mantienen al tanto de hechos como los arriba descritos pero, lo preocupante es ver una sociedad ausente, que se acostumbro a ver datos fríos que no tocan su sensibilidad, que no le dicen nada: ven estas escenas espeluznantes y al rato ya están en otro canal atentos a hechos que les importan más...
Una sociedad ausente es una sociedad con la conciencia anestesiada, que no sabe de compromisos, es una sociedad que está allí pero muerta, que no da señales de vida propia, es como un muñeco de trapo inerte al que se le mueve como se quiere y nada más.
Una sociedad ausente es generadora decía de crisis: en la educación, en lo religioso, en lo político, etcétera.
Como quisiéramos tener en lugar de una sociedad ausente otra consciente, que dijera: esta voz es mía, esto es lo que pienso y quiero, tolerante pero echada para adelante al reafirmar sus valores; una sociedad que exija que el proceder de los hombres y mujeres este sustentado en los valores morales, éticos, jurídicos...
Una sociedad viva debe ser creadora de iniciativas, de planteamientos que busquen la solución a los múltiples problemas con los que se enfrenta toda comunidad política y social.
Una sociedad viva no debe permitir que los partidos políticos sean los que le digan que es lo que debe hacer, sino más bien exigirles para que sepan interpretar la voluntad popular y actúen en consecuencia.
Una sociedad viva debe saber exigir para que prevalezca el Estado de Derecho sobre el pragmatismo de algunos políticos.
Una sociedad viva debe exigir una educación de calidad y no una educación que este en manos de activistas políticos que sólo la ven como trampolín.
Una sociedad ausente es aquella que no ha sabido hacer uso adecuado de su libertad . Una sociedad presente debe estar debidamente informada y formada para incidir positivamente en la transformación del país.