domingo, 25 de octubre de 2009

Politica y Etica....

“LA BRUJULA”

POLITICA Y ETICA

Heberto Peterson Legrand

En cierta ocasión acudí a un evento para escuchar una conferencia sobre un tema histórico relacionado con bajacalifornia...
Antes del evento escuche a uno de los asistentes, por cierto de Tijuana, una persona simpática y agradable, que nos decía a quienes platicábamos con él: la ética no tiene nada que ver con la política, es más, los políticos éticos siempre han fracasado.
Me vi tentado a refutarlo pero opte por escucharlo-no considere apropiado el momento ni el lugar para hacerlo-y él siguió diciendo que lo que importa son las obras de los políticos, que en algunos casos el fin justifica los medios...
Como nos sucede a muchos, registre sus palabras, no era la primera vez que escuchaba a alguien expresarse de esa manera. Recuerdo, siendo yo muy joven que escuchaba a personas decir: que importa que haya robado si hizo obras. En ese tiempo parte de la ciudadanía veía como “natural” que el político robara, pero, lo que no le perdonaban era el que no hiciera obras.
Es lamentable, pero esa es la realidad, todavía nos encontramos con personas que quedaron atrapadas en esa superficialidad, que no se han dado cuenta que precisamente lo que necesitamos son políticos que tengan una formación ética. Ya estamos cansados de los sinvergüenzas que se han enriquecido a través de los puestos, por una falta de ética.
Como desdibujan lo que debería ser la política, tanto algunos políticos como algunos ciudadanos que “formados” en una cultura pragmática aprueban todo aquello que les es útil con los procedimientos más prácticos.
Con esa pobre visión, quienes piensan que los políticos sólo deben de preocuparse por obras materiales-que si son muy necesarias-dejan ver su estrecha visión del amplio campo que la política abarca.
La política debe buscar el Bien Común para que los ciudadanos puedan realizarse con mayor plenitud. La política debe ser respetuosa y promotora de los derechos de la persona para que la justicia sea una realidad y no una quimera.
La política debe poner las condiciones para que haya una más justa repartición de la riqueza que beneficie a las mayorías y no a minorías privilegiadas. La política debe poner las condiciones para que vivamos en paz y en orden.
Para que lo apuntado arriba pueda ser una realidad se necesita de la ética. Repito, precisamente la falta de ella es lo que nos ha deparado un entorno injusto donde la pobreza ha crecido alarmantemente, donde el egoísmo, carente de toda ética ha fabricado individuos que sólo piensan en ellos y que carecen de solidaridad para con los demás.
Si todos y cada uno de nuestros políticos sustentaran sus actos sobre los valores éticos otro gallo nos cantaría. De allí la importancia de impulsar a quienes tienen una trayectoria limpia y son congruentes entre el decir y el hacer.
De por sí rescatar la imagen de la política es un reto difícil, más cuesta arriba lo es con ciudadanos que atrapados en el pragmatismo o el utilitarismo y el relativismo dan luz verde con la palabra y con los hechos a esos políticos que desearíamos desechar porque no responden a lo que quieren las personas de buena voluntad, que si quieren cambiar a
México.
Política y ética deben ser un binomio inseparable. Nuestro error ha sido el separarlos y caer en aquello que se expresa de que: En política todo se vale.
Espero que este simpático señor que me presentaron no incursione en la política porque pertenecería a esos que mucho daño han ocasionado y por quien ni de chiste votaría.
Lamentablemente aquellos políticos que si están animados por el servicio a los demás se les califica junto a los mediocres e irresponsables a quienes anima todo lo contrario o sea el servirse de los demás.
Los medios informativos y la sociedad toda debe poner atención a los políticos positivos para motivar además con ello a que los ciudadanos participen en ella. Urge rescatar a la política cuya esencia es de suma trascendencia para el Bien de la Sociedad.
Falso que siempre los políticos éticos han fracasado, y la realidad nos lo demuestra con el fracaso que hemos vivido durante muchos años con políticos sólo pragmáticos que han dado la espalda precisamente a la Etica.

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