sábado, 24 de octubre de 2009

Maestro-alumno...

“LA BRUJULA”

MAESTRO-ALUMNO
)
Heberto Peterson Legrand

El maestro no llega completo sabiéndolo todo, el maestro promedio nunca lo sabrá todo. El, al igual que el alumno también irá aprendiendo, adquiriendo experiencia, y en ese trayecto de la enseñanza-aprendizaje ambos irán creciendo y madurando…
Los grupos no son homogéneos, nunca son repetidos, son irrepetibles como los alumnos que los integran y por eso no se puede aplicar una receta única para todos.
Quienes apenas inician esa experiencia de impartir clases deben, por simple sentido común, acercarse a los maestros experimentados, los reconocidos y que ya gozan de un buen prestigio para pedirles orientación cuando algunas dudas les asalten.
El hoy maestro experimentado también vivió esos inicios de inseguridad que a veces angustian tanto al maestro bisoño.
Decía Machado: caminante no hay camino se hace camino al andar. Como quisiera uno haber recorrido los kilometros requeridos para poder dar frutos positivos a los alumnos…
Decía que los alumnos también viven sus propias experiencias: cuando llegan a la universidad les toma tiempo para que les caiga el veinte de que ya son universitarios, que ya los estilos son otros, que sus actitudes deben ser más de adultos sin perder la frescura propia de su juventud.
A las universidades llegan alumnos de distintos planteles educativos de educación media con muy diferentes niveles de preparación escolar y de maduración de su personalidad. Esto nos lleva a concluir que no es culpa de la universidad el grado de preparación con el cual llegan.
Hay alumnos que llegan con buenos hábitos de estudio, otros carentes de ellos y uno se pregunta…cómo es que estos están aquí?, sin embargo el reto es sacarlos adelante.
Muchos alumnos no manejan el pensamiento abstracto, yo creo que la televisión y videos etc., han sido factores inhibidores para fomentarlo. Por otro lado aún cuando llegan al nivel universitario muchos no saben leer y traen consigo un vocabulario muy pobre, no tienen el hábito de consultar el diccionario, contribuyendo todo esto a que la labor del maestro sea mucho más difícil.
El maestro debe partir de la realidad que tiene frente a él y de esa manera buscar los caminos más adecuados para sacar adelante a sus alumnos en un proceso de enseñanza y maduración difícil, que es un verdadero reto, es remar contra la corriente.
Desde el inicio se debe procurar establecer un lazo de identificación con los alumnos para ganarse su confianza, establecer los canales de comunicación y un clima de armonía y respeto mutuo.
Los maestros cuando vemos que hay formas mejores para facilitar el aprendizaje debemos estar abiertos al cambio. El maestro debe ser un facilitador que se irá perfeccionando día a día para alcanzar sus objetivos.
En esa relación de maestro-alumno debemos establecer un clima de confianza que permita al alumno expresarse y no sentirse inhibido por un maestro impositivo, intolerante e incapaz de interesarse por el modo de sentir y pensar de los alumnos.
Los alumnos y maestros tenemos nuestra propia cosmovisión y sólo a través de un sincero interesarse por el otro es como podremos dar la oportunidad de sacar de adentro aquellos valores que todos tienen y aprender a exponer los criterios aún cuando no en todo haya coincidencias.
Los maestros debemos enseñarle al alumno a que sea tolerante, pero también debemos aprender a serlo, que sea hombre de convicción y sepa defender sus valores en un clima de respeto y abierto a aceptar otras visiones porque nadie tiene toda la verdad…
Ese estar todos los días frente a los alumnos nos da la oportunidad a los maestros de comunicarles valores que, desde luego, debemos encarnar en nuestra relación con ellos.
En la gran mayoría hay una gran nobleza que debemos apreciar y motivarlos para que vivan los valores…
Desde el jardín de niños, pasando por la primaria, secundaria, preparatoria y Universidad allí están los queridos maestros, profesionistas indispensables en nuestra formación, hombres y mujeres que dejan una profunda huella en nuestras vidas y a quienes mucho debemos por lo que somos hoy.
Reciban nuestra más sincera felicitación por este significativo día y los exhortamos a que sigan dejando en las aulas la sabiduría de su magisterio.
Felicidades a aquellos maestros que han sabido dignificar su apostolado buscando el bien de nuestra Patria.

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