domingo, 25 de octubre de 2009

Crónica de un viaje (septima parte )

LA BRUJULA
MODESTAS OBSERVACIONES DE UN VIAJE…
Séptima parte.
Heberto Peterson Legrand

Nos levantamos y después del consabido desayuno paso el autobús para hacer, como en otros lugares visitados, el recorrido por los lugares y edificaciones más emblemáticas.
Visitamos por el exterior la Catedral de Notre Dame, que es una de las más importantes joyas del gótico francés.
Fue construida sobre un antiguo templo romano. Se inició la obra el año de 1163 y concluida en 1345; El Conciergerie que durante la Revolución de 1789, retuvo a miles de prisioneros que fueron instalados en sus celdas para después ser guillotinados; la Sainte Chapelle, construida en sólo dos años (1247-1248) por Luis 1X ( San Luis) para conservar en ella las reliquias de la Pasión: la corona de espinas y un trozo de la santa cruz; Les Tulleries y los Campos Elíseos, donde están el Museo de Louvre, que data desde la edad media donde se construyo una fortaleza y después un edificio renacentista que albergaría la Corte de Francia, después se convertiría en el famoso museo del Louvre; La plaza de la Concordia que tiene en el centro un obelisco traído desde Luxor y, con sus sombras, por haber estado allí ubicada la guillotina durante la Revolución; El Arco del Triunfo, mandado construir por Napoleón para recordar la gloria de sus ejércitos y está llena de imágenes alusivas a hazañas militares; El símbolo de París, la Torre Eiffel, cuyos dos primeros niveles albergan un museo, restaurantes y boutiques y el tercero la plataforma panorámica a 310 mts de altura y desde donde se puede observar un radio de unos 70 kms. con vistas realmente impresionantes y otros lugares más. Estuvimos también en el Palacio de Versalles, impresionante la ostentación y bellísima su decoración con unos jardines simétricos muy bellos.
Cuando pasamos por el Arco del Triunfo me acordé cuando las tropas alemanas al inicio de la Segunda Guerra Mundial, durante la ocupación de París, marcharon debajo de él y pensé: que duro ha de haber sido para el orgullo francés ver desfilar a los nazis bajo ese Arco que habla de las glorias napoleónicas.
También, mientras contemplaba las avenidas llenas de trafico y restaurantes con sus mesas y sillas en el exterior repletas de comensales disfrutando de la exquisita comida francesa, de su música y la seguridad, me vino a la memoria esos días aciagos durante la ocupación nazi con una sociedad llena de miedo, de angustia y sufriendo las carencias propias de la guerra donde perdieron seres queridos y muchos bienes.
Pero asimismo recordé-producto de las lecturas- el día de la liberación cuando entran las tropas aliadas y las multitudes llenan las calles para recibirlos llenos de felicidad y de sentimientos que para uno es imposible describir.
El Necrófilo-amante de la muerte-de Hitler, dio la orden al comandante en jefe del ejercito alemán estacionado en París, de que al retirarse destruyeran Paris: unos 45 puentes, fábricas, edificios de gobierno y artísticos. Si esto se hubiera llevado a cabo la cultura de la humanidad hubiera recibido un terrible golpe. El titubeo de Dietrich Von Choltitz, comandante en jefe y las acciones de la resistencia impidieron que la Ciudad Luz fuera destruida. Recomiendo la lectura del libro: Arde Paris.
Esa Tarde fuimos a Montmatre, un barrio bohemio donde está la basílica del Sagrado Corazón, también recorrimos sus plazas, sus restaurantes donde comimos una rica sopa de cebolla, un delicioso pato acompañados de un buen vino y para finalizar una creme brule y café.
Como a las 22:00 horas nos fuimos al Moline Rouge ( Molino Rojo ) a presenciar un espectáculo muy bonito y de allí a ponernos en los brazos de Morfeo.
Al día siguiente fuimos a la catedral de Notre Dame donde pudimos apreciar los maravillosos relieves de sus diferentes puertas, los multicolores rosetones y las obras maestras que decoran su interior.
Estando recorriendo el interior me acordé que el año de 1930, una mexicana, Antonieta Mercado, hija del arquitecto que hizo el Angel de la Independencia que se inauguro el año de 1910, a finales del porfirismo, para festejar el primer centenario de la Independencia de México, se suicido allí con una pistola que pertenecía a José Vasconcelos.
Antonieta Mercado tenía 30 años de edad, fue una mujer culta que escribía muy bien, promotora cultural y que ayudo a Vasconcelos económicamente durante la campaña a la Presidencia e la República en 1929 cuando José Vasconcelos contendió contra el Ing. Pascual Ortiz Rubio.
Entre otras obras el libro titulado: La Sombra del Angel, escrito por la nuera de Antonieta Mercado quien casó con el único hijo que tuvo, nos ofrece una biografía de ésta mujer que prometía mucho en el campo cultural.
Comimos cerca del lugar con el sobrino de mi señora, el Arquitecto Manuel Martínez Rodríguez y después nos trasladamos al Río Sena para navegarlo en esas barcazas que trasladan al turismo. El viaje es un deleite, lo disfrutamos mucho, era otro deseo cumplido y desde donde pudimos admirar los puentes sobre todo el dedicado al Zar de Rusia y la hermosa arquitectura de varios edificios a la orilla del río. Me hubiera gustado navegarlo también de noche.
Estaba haciendo frío aún cuando era junio.
Más tarde fuimos al museo de Louvre, fue una visita muy corta donde pudimos, entre otras obras, admirar la Mona Lisa de Leonardo. Nos dirigimos a los Campos Elíseos que son verdaderamente hermosos y a pie, como ya anochecía, nos fuimos a la Torre Eiffel para verla iluminada. Mi esposa y Martha mi cuñada subieron a los dos primeros niveles, yo no porque padezco de vertigo y Miriam, mi sobrina nieta me acompaño.
Sólo estuvimos dos días en Paris y por lo tanto nuevamente tuvimos una semblanza muy superficial. Hay tantos lugares: galerías y museos...pero...mañana a Lourdes.

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