sábado, 24 de octubre de 2009

Benditos Vientres...

“LA BRUJULA”

BENDITOS VIENTRES...

Heberto Peterson Legrand

Eran alrededor de las tres de la mañana, desperté, fui al baño y regrese nuevamente a la cama con la intención de continuar durmiendo...
No podía conciliar el sueño y la mente comenzó a trabajar: se agolpan un sinnúmero de pensamientos, algunos relacionados con pendientes de la oficina etc. Ya medio dormido comencé a recordar el artículo que escribí con motivo del día de la Mujer y de pronto ya estaban surgiendo nuevas ideas...Estas se me quedaron grabadas, no hice ningún cambio, ya lo había mandado al periódico, sin embargo seguí elaborando pensamientos:
Bendito vientre el de esa mujer, mi madre, que me permitió vivir el milagro de la vida. Estuve junto a su corazón y a través de cada latido que escuchaba recibía una manifestación de su profundo amor.
Bendito vientre el de esa mujer, mi madre, que a través de él, alimento mi cuerpo y mi alma. Oculto, recibí la temperatura ideal para evitar toda alteración; oculto en su vientre estaba perfectamente protegido, era mi ambiente natural y no lo quería dejar...
Bendito vientre el de esa mujer, mi madre que se convirtió en aula para recibir en él ese primer valor fundamental que requiere mi madurez: el valor del amor.
Bendito vientre el de esa mujer, mi madre, que recibía las impresiones y sentimientos de felicidad que experimentaba mi madre al tenerme en sus entrañas.
Bendito vientre el de esa mujer, mi madre, que permitía la proximidad del oído paterno para que mi padre escuchara los latidos de mi corazón o sintiera algún movimiento que le producía felicidad.
Bendito vientre el de esa mujer, mi madre, que fue testigo silencioso de esa transformación maravillosa que vio como ese feto que era yo, cual obra de un escultor, fue adquiriendo forma: ese escultor oculto e indescifrable iba moldeando ojos, orejas, cabeza, manos, cerebro, piernas, pies...
Bendito vientre el de esa mujer, mi madre, que dijo un si a la vida reconociendo en mi el mismo derecho que tuvo ella de vivir...
Bendito vientre el de esa mujer mi esposa, que acogió a cada uno de mis hijos para donarse a ellos con plena felicidad.
Bendito vientre el de esa mujer, mi esposa, que con ternura cuidaba el fruto de nuestro amor.
Bendito vientre el de esa mujer, mi esposa, que peligrando su vida, se cuido al extremo para brindarle una oportunidad a ese Ser maravilloso que se gestaba y que hoy.....es madre.
Bendito vientre el de esa mujer, mi esposa, que sabía que desde el comienzo, la educación y la formación inicia en él.
Bendito vientre el de esa mujer, mi esposa, que me permitió besarlo y acariciarlo para que mis hijos sintieran el flujo de mi amor.
Bendito vientre el de esa mujer, mi esposa, cuya sutil pared guardaba nuestros tesoros.
Bendito vientre el de toda mujer, porque son un templo del cual se brota a la existencia.
Bendito vientre el de toda mujer, porque en ellos se alimenta todo un proyecto de vida.



Bendito vientre el de toda mujer, porque de ellos salen todos los que existieron, existimos y existiremos.
Bendito vientre el de toda mujer, porque de él sale el fruto más maravilloso y fecundo que la humanidad conoce.
Después el sueño se apodero de mí y ya no supe si siguieron aflorando las ideas, los pensamientos, los sentimientos y muchos de ellos ya no pude poner en blanco y Negro...

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