domingo, 25 de octubre de 2009

Urge una cultura de los valores...

URGE UNA CULTURA DE LOS VALORES
Heberto Peterson Legrand


Reflexionar sobre una Cultura de los Valores nos lleva a una visualización de estos en todo el tejido que conforma nuestra sociedad, donde podríamos apreciarlos en lo político, económico y social.
Dando curso a nuestra imaginación nos introducimos a los hogares mexicanos y vemos a los padres de familia, como primeros educadores, enseñando con la palabra y el ejemplo esos valores que van construyendo la personalidad de sus hijos para que su desarrollo sea sobre cimientos firmes y no se derrumben frente a cualquier viento de los antivalores. Padres responsables que se preocupan por cultivar esos valores para poderlos comunicar, pues, nadie puede dar lo que no tiene.
En ese transitar de la imaginación veo a los niños en el aula creciendo en conocimientos y en valores que el maestro comunica con el ejemplo, en esa relación personal sustentada en la autoridad moral que debe poseer.
También visualizo al entorno impactando en ese proceso de formación: Medios de comunicación conscientes de su responsabilidad social informando pero también formando, rescatando los valores humanos, nacionales y trascendentes y no promoviendo los antivalores : pornografía, drogadicción, violencia; a las iglesias enseñando y viviendo una religiosidad inteligente que se fundamenta en el amor y la tolerancia, en el reconocimiento a la pluralidad, ajenas a los fanatismos, asumiendo el liderazgo moral que les corresponde; una política que no sea botín para unos pocos y si dignificada en la búsqueda del bien común, con una comunidad participativa y no espectadora pasiva; un orden económico que verdaderamente cierre la enorme brecha entre los pocos que tienen todo y los muchos que no tienen nada; una sociedad solidaria, unida y participativa, integrada por hombres y mujeres comprometidos en la construcción de un México que en el concierto de las naciones sea punta de lanza y paradigma para los ciudadanos del mundo...
Valor es en definición de Ana Teresa López de Llergo: “ toda perfección real o posible que procede de la naturaleza y que se apoya tanto en el ser como en la razón de ser de lo que es real “.
A través de la educación hay que formar al hombre virtuoso. La virtud es un hábito permanente que nos mueve a hacer el bien y evitar el mal. Las virtudes aumentan con la repetición con el uso adecuado de nuestra voluntad.
Dice Emma Godoy que la cultura se diferencia de la civilización en que “se refiere a valores espirituales: arte, ciencia, moral, religión”, en tanto que la civilización alude a “ beneficios materiales: comodidades, lujos, placeres”.
Visualizo una nación donde hasta en los más recónditos lugares se hizo una jerarquía de valores que sirven como brújula para que nuestros pasos se encaminen al bien a la verdad a la belleza y la unidad.
¡ Urge una cultura de los valores!, en ellos se cimentara el futuro de nuestra nación y de nuestras familias.



Reflexionemos sobre los valores: unidad, bien, belleza, verdad , afectividad, solidaridad, subsidiaridad, respeto lealtad y sus frutos: amor, gozo, paz, paciencia, magnanimidad, bondad, benevolencia, serenidad, fidelidad, honestidad, equilibrio, castidad etc., hagámoslos vida en el hogar y en todo lugar en que podamos incidir para con ello poner la parte que nos corresponde y así abrir aún más el horizonte de posibilidades para nuestros hijos y aquellos que forman parte de nuestro Medio.

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