sábado, 24 de octubre de 2009

Las Masas...

“LA BRUJULA”

LAS MASAS

Heberto Peterson Legrand

La palabra “Masas” es desagradable sobre todo cuando con ella se designa a una enorme cantidad de personas que son arrastradas por intereses ajenos.
Hay quienes se interesan por el comportamiento de esas “masas”, estudian los motivos que impulsan a sus integrantes a reunirse y el cómo en muchas ocasiones son sujetos de manipulación para bien o para mal por líderes de todo tipo que por medio de ellas buscan alcanzar un determinado fin.
Hay líderes que al manipularlas se dirigen más que a su inteligencia a sus filias, a sus sentimientos, sus necesidades, sus fobias, sus rencores...
Entre otras estrategias esta la de polarizar y magnificar las carencias frente a los otros; la de hacer promesas que saben no podrán cumplir, el de tocar las fibras más sensibles, hacer a un lado la pluralidad que normalmente dicen reconocer para resaltar las diferencias y ver la de los otros como nocivas.
Las masas aceptan a priori lo que el líder les dice: aceptan sus argumentos y los hacen propios, no tienen capacidad de análisis, se dejan arrastrar a situaciones que incluso pueden poner en peligro a esas masas si no hay un control sobre ellas.
Las masas muchas veces se convierten en instrumentos de presión para beneficio, no de ellas, sino de los líderes que las usan.
Cuando la racionalidad se pierde atenta contra la esencia del ser humano porque la animalidad prevalece, los instintos dominan y la mente se obscurece.
Hay líderes que si tienen autoridad moral para hacerse seguir; los hay que sin tener esa autoridad moral asumen papel de víctimas para sembrar y atraer la simpatía de esas masas que se dejan llevar por la sutileza del manipulador.
Líderes los hay de todo tipo: religiosos, políticos y de sindicatos, entre otros, cuyas trayectorias es necesario ver para poder conocer sus tablas, la experiencia que les permite alcanzar sus objetivos usando a los demás.
Desde luego alrededor de algunos esta su equipo formado por: amigos de siempre, por arribistas, por los incondicionales, por los ejecutores que fielmente aplican las estrategias inteligentemente tejidas.
Muchas veces esas masas que son movilizadas representan un porcentaje muy bajo del total que dicen los líderes los siguen.
Ya la experiencia les ha enseñado a esos líderes que el sismógrafo político registra con mayor o menor intensidad los movimientos de esas masas y por ello son expertos en provocar esos movimientos que incluso a veces unos pocos logran producir y que inquietan demás a las mayorías.
En un país donde las decisiones se toman, no en función de la legalidad, sino de las presiones políticas, no tiene caso que existan las instituciones, pues allí impera la ley de la selva, la del más fuerte, la del más mañoso.
En un país donde la participación ciudadana fue evidente y se mueven masas, desde luego que de ciudadanos, para desacreditarla, no cabe duda que la manipulación esta en juego.

Son más las personas que están en contra de esas manipulaciones, de esas maniobras pero no se prestan para acudir a esas manifestaciones porque no va con su modo de ser, son personas que no aceptan chantajes, no se dejan llevar por las falacias..y desde luego que no hay impacto en los medios...
Hay manifestaciones legitimas, de buena fe y legalmente procedentes y ejemplos de ellas están registradas por la historia: Mahatma Gandhi fue un digno ejemplo de un líder que se hizo seguir por su pueblo por la autoridad moral que tenía, hay quiénes tratan de imitarlo pero no son más que un pálido remedo pues lo que buscan son sus propios intereses.

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