domingo, 25 de octubre de 2009

crónica de un viaje ( cuarta parte )

LA BRUJULA
MODESTAS OBSERVACIONES DE UN VIAJE…
Cuarta parte
Heberto Peterson Legrand

El último día en Roma lo concluimos con la visita a la famosa fuente de Trevi, donde durante la filmación de la película “La Dolce Vita”, en 1960, la hermosa y muy bien dotada por la naturaleza, Anita Eckberg se baño, ya hoy cuenta con 77 años de edad, en aquel lejano 1960 nos atraía....mucho, llegué 48 años tarde y dejé que la imaginación la viera allí..., era un monumento muy bien diseñado...no había de otra.
A las 8:00 horas salimos rumbo a Florencia. El paisaje entre Roma y ella muy bello. La guía, una brasileña muy simpática, durante el trayecto nos dio algunos datos sobre la situación económica entre otros.
Llegamos a las 12:30 horas nos instalamos en el hotel y de inmediato nos fuimos a recorrer y conocer esa bella ciudad, cuna del Renacimiento.
Sus edificios son testigos mudos del poder que lograron familias muy ricas durante la edad media y por sus calles transitaron artistas como: Donatello, Brunelleschi, botticelli y Leonardo, así como literatos: Dante, Petrarca o Boccacio.
Pudimos admirar la Iglesia de Sta. María Novella con sus bellos mármoles, no vimos el interior porque al volver más tarde con esa intención ya la habían cerrado.
Frente a ella el Baptisterio, que parece ser es el edificio más antiguo de Florencia. Es un edificio octagonal cubierto de mármol, con unas puertas de oro preciosas. Por cierto nos dijeron que las originales están guardadas al vacío y las puestas son una réplica exacta.
El Palacio Vecchio, edificio que acogió la corte de Cosme de Medicci, para convertirse, allá por el año de 1875, en la cámara de diputados del reino de Italia En ese edificio trabajo Maquiavelo el autor de “ El Príncipe”.
Una guía nos hizo el recorrido explicándonos y aportando mucha información que es imposible retener. Contemplamos el río Erno flanqueado por bellos edificios, es grato verlo.
Recorrimos parte de sus tiendas-hay muchísimas- y nos fuimos a comer a la plaza una rica comida acompañada de un buen vino. Después disfrutamos de unas nieves que allá le llaman galato y son exquisitas, dicen que no hay otras como esas...tienen razón
Llegó la hora en que nos citaron para retirarnos. En cada lugar compre literatura y realmente fue muy poco lo que vimos, se requiere de días para poder recorrer sus museos y otros edificios.
Florencia es muy bella y cuando uno la deja se va con una sensación de vacío de que no la disfrutamos a plenitud.
Al día siguiente partimos rumbo a Venecia, salimos temprano y llegamos también al mediodía. Nos hospedaron en Mestre y de allí nos trasladamos al puerto para embarcarnos rumbo a Venecia, en un recorrido de aproximadamente 20 minutos.
Ya en tierra nos dirigimos a la Plaza de San Marcos, donde está la Basílica del mismo nombre.
El Papá Juan XX111, siendo cardenal, estaba como Patriarca de Venecia en 1958 cuando tuvo que acudir, a la muerte de Pío X11, al Conclave donde fue electo. Un Papá que se ganó el corazón del mundo e hizo un llamado para realizar el famoso Concilio Vaticano 11, que marco la segunda mitad del siglo XX poniendo a la iglesia al día, en sintonía con los nuevos tiempos que se estaban viviendo.
La Iglesia de San Marcos, arquitectónicamente tiene influencia oriental, lo que parecen ser unas bellas pinturas en realidad son mosaicos.
Nos asignaron una guía de elegantes modales y que hablaba con mucha propiedad con gusto para vestirse y muy agradable, además de guapa. Nos comento que debajo de Venecia hay un millón de árboles que sirven como pilotes. Me quede sorprendido con el dato y pensé: talar un millón de árboles en aquella época y colocarlos allí debe haber sido una obra colosal...
Recorriendo la plaza de San Marcos frente a la catedral, al lado derecho había restaurantes con sus mesas y sillas en el exterior y dos grupos musicales tocando muy bonito.
Ibamos rumbo a una exhibición sobre vidrio soplado y yo opté por quedarme en uno de los restaurantes para tomarme una nieve mientras me deleitaba escuchando la música. Me senté, pedí un gelato de vainilla, me trajeron una copa inmensa, comencé a disfrutarla y a los minutos me acerca el mesero una tarjeta donde me decía que además de la nieve se pagaba por la música...Total el famoso gelato me costo 30 euros, como $50,00 dlls. ¡nunca en mi vida me había comido una nieve tan cara!. Me dije, bueno, ,pues ni modo, disfruta el momento, hazlo tuyo y me relaje con la música y contemplando la belleza arquitectónica de la Catedral...
Después nos llevaron a las famosas góndolas, nos embarcamos y de inmediato nos obsequiaban una botella de champaña con sus respectivos vasos. En una góndola adjunta iba un señor tocando el acordeón y otro cantando bellas canciones con muy buena voz.
Ese momento tiene su efecto psicológico, nos sentíamos románticos y felices... estábamos en otro mundo.
Llegó la odiada hora y tuvimos que partir de regreso a Mestre, con la frustración de no haber podido disfrutar Venecia de noche.

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