domingo, 25 de octubre de 2009

Nada Nuevo bajo el sol

“LA BRUJULA”

NADA NUEVO BAJO EL SOL

Heberto Peterson Legrand

Hay un dicho que dice: nada nuevo bajo el sol. Bueno, no totalmente cierto, ya que los sorprendentes avances de la tecnología nos ofrecen muchos nuevos adelantos y descubrimientos que no alcanzamos a conocer debido a la creciente cantidad.
Sin embargo, por otra parte, sí se aplica cuando muchas veces creemos ser originales en los conceptos ideas o pensamientos que externamos ya sea a través de la palabra o por escrito.
Con el paso de los años son muchísimas las lecturas en que nos sumimos por medio de los libros, periódicos, revistas y las conferencias a que asistimos, o las que escuchamos y vemos en la televisión y la radio, captando con todo ello el pensamiento de muchas mujeres y hombres que nos exponen sus pensamientos, sus tesis etcétera.,
Lo que se nos enseña en el hogar, en las instituciones educativas, las iglesias y todas las organizaciones a que hemos pertenecido...todo ello deja algo en nosotros.
Con el paso de los años, cuando incursionamos en actividades intelectuales como maestros, conferencistas, escritores, y damos a conocer nuestro modo de pensar, nuestra cosmovisión, no ofrecemos “nada nuevo bajo el sol”, lo que pasa es que la reflexión nos lleva a aceptar determinados modos de pensar ya antes expuestos en los mas diversos medios y momentos y los hacemos propios, así como desechamos otros.
En algunos casos los enriquecemos o creemos enriquecerlos y en otros quizá los empobrecemos.
Decía un pensador español, Ortega, que la Vida es un continuo hacerse, y en efecto al paso de los años echamos por la borda determinadas creencias que teníamos sobre diversos asuntos o hacemos propios otros que nos han convencido.
El hombre y la mujer desde que existe se han planteado un sinnúmero de cuestionamientos a los que han tratado de irles dando respuesta y esto seguirá sucediendo mientras tengamos los pies sobre la tierra y no acabemos con el planeta como esta sucediendo al decir de los científicos.
De todo lo que leemos y hacemos propio, es imposible tener el 100 por ciento de certeza de cuales fueron las fuentes, por ello podemos caer en un plagio a la vista de otros, muchas veces inconsciente.
Incluso hay una gran mayoría que acepta lo de otros sin una previa reflexión, se dejan llevar por afinidades de orden político, religioso, deportivo, sentido gregario, etcétera que les permite aceptar las reglas sin objetar nada.
Hay personas que viven un eterno presente: no les importa el ayer ni el mañana, ni el por que de muchas cosas, su vida pasa sin pena ni gloria, sólo pensando en satisfacer sus necesidades o sus gustos.
Hay otras que no pueden estar de espaldas, ajenas a los cuestionamientos del sentido de sus vidas, de su compromiso social, de conocer el pasado para tratar de entender el presente y el hacia donde van. Estas inquietudes las han vivido infinidad de generaciones que nos precedieron y vemos que en muchos casos las respuestas de ayer son las respuestas de hoy día.
Lee uno sobre problemas políticos del ayer y hoy se repiten. Lo mismo sucede en el orden económico y seguimos planteando soluciones, las mismas recetas que ayer se digirieron hoy las queremos digerir; los mismos discursos de ayer se aplican al hoy.
Sin embargo, desde nuestra individualidad, hay que seguir reflexionando, dar razón de nosotros mismos, seguir inquietos, inconformes, buscar en la riqueza o aportaciones que en lo cultural las generaciones pasadas nos dejaron, que nos convence y queremos hacer propio y difundir por creerlo útil, bueno y positivo.
Por algo se dice que no hay nada nuevo bajo el Sol...

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