domingo, 10 de diciembre de 2017

XXXII Congreso Nacional de Cronistas de Ciudades Mexicanas
Coahuila 2009.

Aportación al tema III “Personajes de la Revolución Mexicana en mi estado”.


Coronel Esteban Cantú Jiménez (1880-1966)
Gobernador y Jefe militar del Territorio Norte de la Baja California (1914-1920)

Esteban Cantú Jiménez nació en Linares, Nuevo León el 27 de noviembre de 1880. Fueron sus padres el Capitán Juan Antonio Cantú y Francisca Jiménez, quienes procrearon además a Francisca Genoveva y José, este último también militar. (1) A pesar del extraordinario papel que desempeñó en la historia de Baja California como gobernante honesto y militar valiente y nacionalista, para la mayoría de los actuales bajacalifornianos su persona y su obra se pierden en el tiempo, cuanto más en el resto del país.

En 1897, Cantú ingresó al Heroico Colegio Militar. Ganó la medalla al mérito en equitación y destacó en tiro y esgrima, habiéndose graduado en 1900, como teniente de caballería con especialidad en artillería. Ese mismo año causó alta en el ejército durante el gobierno del presidente Porfirio Díaz, siendo incorporado al 7º Batallón de Caballería. (2)

A partir de 1901, desempeñó diversos cargos entre ellos Instructor de la 2ª Reserva del Ejército en Chihuahua y estado después en Jalisco y en Zacatecas. En 1903, se incorporó al 5º Batallón de Caballería como Jefe de la Comisión Exploradora del Desierto para combatir a los indios yaquis en Sonora. Con el grado de capitán primero, Cantú es enviado a Chihuahua en 1906, y más tarde a Guanajuato y Colima. Aquí, bajo las órdenes del coronel Vito Alessio Robles, recibe su ascenso a mayor. Después de cumplir comisiones en Gómez Palacio, Dgo., vuelve a Chihuahua en noviembre de 1910, cuando se inicia formalmente la revolución mexicana.

Al cabo de seis meses de combates el presidente Porfirio Díaz renuncia  y Francisco I. Madero asume el poder disponiendo que el ejército federal se incorpore al ejército revolucionario. Así Cantú queda a las órdenes del Cuartel General de la 2ª Zona Militar con sede en Chihuahua, al mando del general Lauro del Villar. (3)

(1) Armando Rodríguez Rosales. Esteban Cantú. La historia de un caudillo. pag. 4
(2) Archivo Histórico del Municipio de Mexicali, B.C. AHMM
(3) Esteban Cantú. Apuntes Históricos de Baja California Norte. pag. 31.       

El 20 de junio de 1911, por disposición de la 2ª Zona Militar se formó en Chihuahua la Columna de Operaciones de la Baja California al mando del general Manuel Gordillo Escudero, quedando como preboste el mayor Esteban Cantú Jiménez. El 22 salió de Chihuahua la Columna con destino a Ciudad Juárez, Chih. en donde se enteraron que el comandante militar y jefe político del Territorio Norte, coronel Celso Vega, había combatido con éxito en Tijuana a los invasores extranjeros, huyendo éstos hacia Estados Unidos.

Previos trámites ante el gobierno de Estados Unidos para que permitiera el cruce de las tropas mexicanas por su territorio, partieron de Ciudad Juárez, Chih. con destino a Calexico , Cal. con la finalidad de combatir en Mexicali a las fuerzas que se habían apoderado del valle y salvaguardar las grandes inversiones extranjeras para evitar un conflicto con el gobierno de Estados Unidos y la posible anexión del cada vez más codiciado territorio de la Baja California.

El 24 de agosto Gordillo Escudero substituyó a Celso Vega en el cargo, siendo el primero de siete cambios de jefaturas político militares que habrían de producirse los siguientes tres años. El nuevo jefe autorizó a  Cantú para formar un cuerpo auxiliar de caballería de 600 efectivos, el cual pronto se conocería como “Regimiento de caballería Esteban Cantú”.

En agosto de 1913, el coronel Luís S. Hernández al mando de una columna fue derrotado por Cantú y su cuerpo de caballería en las inmediaciones de San Luis Río Colorado, Son. Igualmente, el 14 de noviembre del mismo año, el propio Cantú enfrentó con éxito a las fuerzas de Rodolfo L. Gallego en un lugar conocido como “La Islita”.(4) Los resultados de estos hechos de armas, a más de incrementar su prestigio, le valieron que el presidente Victoriano Huerta lo felicitara, lo condecorara y le concediera el ascenso a coronel. (5)


(4) Julio D. Legaspi. Pasajes de la Revolución Mexicana en el Distrito Norte de la Baja California. pag. 71.
(5) Mexicali una historia. Varios autores. pag 246.


Los biógrafos de Cantú destacan el hecho de que un día antes de la batalla en “La Islita”, el 13 de noviembre, contrajo matrimonio con Ana Dato Félix, originaria de Guaymas, Son. con quien procreó cinco hijos: Roberto, Esteban, Georgina, Ana Luisa y Carlota, por lo que interrumpió su luna de miel para partir a marchas forzadas a combatir y derrotar las fuerzas enemigas. En mérito de estas acciones militares el general Francisco Vásquez lo propuso ante la Secretaría de Guerra y Marina para recibir la Cruz al Mérito Civil.

Francisco Villa nombró el 3 de septiembre de 1914, al mayor Baltazar Avilés jefe político y comandante militar del Distrito Norte y al general Felipe Ángeles para darle posesión y también para incorporar las tropas de Baja California a la División del Norte. De esta manera las fuerzas locales se convirtieron en convencionistas; Avilés como jefe político y Cantú como comandante militar del Distrito, autorizado éste a fijar su residencia a conveniencia, nombramiento otorgado por Avilés con el consentimiento de Villa.(6)

La crítica abierta de Cantú por el asesinato de Madero y Pino Suárez y otras circunstancias provocaron la malquerencia del coronel Juan Lojero quien consiguió que el jefe político ordenara su arresto y fusilamiento, a los que pudo escapar Cantú huyendo a Calexico, Cal. de donde se dispuso a regresar a Monterrey para reunirse con su familia, según narra en sus Apuntes, cuando oficiales subalternos y un grupo de vecinos de Mexicali se entrevistaron con él solicitándole se hiciera cargo del mando, temerosos de que la falta de pago de haberes provocara la sublevación de la tropa. Ante esta situación de peligro, Cantú se puso “a sus órdenes como mexicano y como soldado”, lo cual marcó a la vez su inicio del ascenso al poder militar y político.

Pronto se reunió con la tropa y los vecinos a los que arengó diciéndoles que iban a iniciar “el camino a la dignidad, el espíritu y el honor que representaba ser residentes de Mexicali y ciudadanos de México”. Gestionó un préstamo forzoso de 7,500 dólares, pagadero a 28 días, para cubrir los haberes y salarios atrasados a la tropa y demás empleados de gobierno, logrando así que todos los destacamentos quedaran bajo sus órdenes.(7)
(6) Circular de Baltazar Avilés. 25 de septiembre de 1914. AHMM.
(7) Esteban Cantú. op. cit.  p.

Al desconocer Venustiano Carranza la soberanía de la Convención de Aguascalientes las autoridades villistas de Baja California se subordinaron a Carranza, quien tras una serie de sucesos militares se trasladó al puerto de Veracruz. En noviembre el gobierno de Estados Unidos reconoció su gobierno a la vez que sus propias fuerzas abandonaron el puerto de Veracruz, ocupado desde abril.

El 20 de noviembre de 1914, Mexicali nació como el segundo municipio de la entidad. Como primer presidente municipal resultó electo Francisco L. Montejano habiendo tenido un desempeño sobresaliente al coincidir su mandato con el gobierno de Cantú que no solo tomó protesta ante éste de su propio cargo como jefe político el 1 de enero de 1915, sino que también reubicó la capital del Distrito de Ensenada a Mexicali y realizó gran parte de su obra pública a través del gobierno municipal.

A principios de 1915, Villa envió a José María Leyva como nuevo jefe político y militar. Al negarse  Cantú a entregarle el cargo pese al nombramiento de puño y letra del jefe de la División del Norte, éste amenazó con enviar un ejército de 12 mil soldados para deponerlo. Cantú respondió por vía telegráfica el 17 de enero que si en lugar de mandar un ejército en su contra, mejor le mandaba dos o tres buenos hombres para que inspeccionaran su obra y si ésta no lo satisfacía, entonces entregaría el mando a quien él designara. (8). Esto motivó que tres días después Villa le contestara por la misma vía “En vista de las razones que expone en su telegrama del día 17 y en atención a los méritos y servicios que ha prestado a nuestra causa, sírvase hacerse cargo, desde luego, de la comandancia militar y jefatura política del Distrito Norte de la Baja California. Los actos de usted me merecen entera confianza y por consiguiente no hay necesidad de que sean inspeccionados como usted lo desea”.(9)

        
(8) Telegrama de Cantú a Villa. 12 de enero 1915
(9)Telegrama de Villa a Cantú. 20 de enero de 1915.


Al día siguiente, 21 de enero de 1915, Cantú envió la circular 801 bis informando a las entidades y dependencias de gobierno, jefaturas militares, consulados y demás autoridades de filiación villista informando de su nombramiento y de que la cabecera del Distrito sería cambiada “provisional y accidentalmente” de Ensenada a Mexicali.(10) El cambio oficial de la capital se hizo hasta el 4 de octubre de 1917, cuando el propio Cantú informó mediante una circular al recaudador de rentas en Ensenada: “Con fecha de hoy queda establecida en esta población (Mexicali) el Gobierno del Distrito Norte, por convenir así a los intereses del mismo. Lo comunico a usted para su conocimiento y fines consiguientes, reiterándole mi consideración. Constitución y Reforma.(11) Cantú adujo siempre que el cambio obedeció a razones de seguridad en la frontera y para generar mayores ingresos al erario público, lo que se confirmó al frenarse el contrabando, al evitarse nuevas invasiones armadas y con el desarrollo extraordinario que pronto alcanzó el valle de Mexicali que pasó de 1,600 habitantes en 1911, a 10 mil en 1920.

Con el nombramiento de Villa, Cantú prácticamente acabó con sus problemas internos. La revolución entraba en su fase más violenta por lo que los jefes revolucionarios se desatendieron de la península, situación que contribuyó a la consolidación política y militar de Cantú, quien ya tenía fama fundada de buen administrador. Los cabildos de Ensenada y de Mexicali eran afines a su gobierno, como también lo eran los mandos militares y tropa en general, por lo cual pudo ocuparse de ordenar las finanzas y su programa de gobierno ante una realidad extremadamente crítica. (12)

Baja California era entonces una tierra incomunicada con el macizo territorial mexicano, donde no circulaba la moneda nacional y los habitantes del Territorio sumaban menos de 8 mil. Más del 90% de todas las tierras, aproximadas 300 mil hectáreas, estaban concesionadas o vendidas a compañías extranjeras y la mayoría de los negocios eran propiedad de estadounidenses. El Distrito parecía más bien una isla abandonada por México, lo que despertó la ambición de oportunistas y filibusteros quienes en varias ocasiones estuvieron a punto de apoderarse y segregar la península.
(10) Circular 801 bis de E. Cantú 21 de enero de 1915.
(11) Circular de Cantú al Recaudador de Rentas de Ensenada. 4 de octubre de 1917.
(12) Armando Rodríguez Rosales. Esteban Cantú: La Historia de un Caudillo

Por eso Cantú principió su gobierno cobrando mayores impuestos a los negocios más redituables que ya existían: centros de diversión, cantinas y prostíbulos. Esto le mereció ser acusado de fomentar el vicio aún cuando en esa época tales actividades y la inmigración de extranjeros estaban permitidas  legalmente. Como entradas extraordinarias se reglamentaron la inmigración de orientales y la operación de los casinos, llegando a pagar uno solo de ellos en Mexicali hasta 10 mil dólares (20 mil pesos oro) mensuales. Se estima que cada chino que arribó a Baja California en esa época cubrió a la tesorería un promedio de cien a ciento cincuenta dólares, siendo su mayor número entre 1915 a 1920, sin que se hubiera iniciado entonces la inmigración.

Al respecto Fernando Jordán escribe en El otro México. Biografía de Baja California, entre otros conceptos, “la fiebre del vicio fue la defensa única de las ciudades fronterizas bajacalifornianas contra la miseria, contra el olvido del gobierno central. Cantú actualmente está por encima de cualquier juicio: su pobreza, su sencilla y recta manera de vivir, su idealismo en busca de un México mejor, son sus defensas contra cualquier crítica perversa”. (13)

A su vez María Eugenia Bonifaz de Novelo, prestigiada investigadora ensenadense, comenta “Muchos ciudadanos resintieron la tolerancia licenciosa del juego, drogas y prostitución, pero al mismo tiempo, muchos otros se percataron del dinamismo y buena conducta personal del coronel Cantú. Debe ser asentado que gran parte de los ingresos se utilizaron para mejorar el territorio bajo su mando. La construcción que se llevó a cabo en esa época tiene pocos paralelos en la historia de Baja California. Se formó la ciudad de Mexicali, se erigieron escuelas, edificios públicos y puentes…”(14)


.
(13) Fernando Jordán. El otro México. Biografía de Baja California. p. 143
(14) María Eugenia Bonifaz de Novelo. Ensenada, nuevas aportaciones para la historia.


Por medio de un estricto control de lo recaudado y los egresos pronto Cantú equilibró las finanzas públicas y logró significativo superávit a pesar de que el gobierno central no le proveyó ningún recurso económico. Por lo contrario Baja California cubrió el precio del barco “Tecate”  comprado por la Secretaría de Fomento y depositó 100 mil dólares en una agencia financiera de Nueva Cork al servicio del gobierno de México, ya que si bien la aduana recaudaba los impuestos federales, estos se destinaban principalmente para cubrir los ramos de educación, justicia y seguridad pública. Así Baja California en esa época llegó a  recaudar hasta 175 pesos por habitante; casi cuatro veces más que el promedio de varias entidades del centro del país. (15)    

Entre las muchas obras realizadas destacan los caminos que a principios del siglo XX eran extremadamente deficientes en Baja California. Cantú realizó una carretera de Mexicali a Tecate y Tijuana para proseguir después a Ensenada y Calmalli. Esta carretera llamada “Camino Nacional” inaugurada el 18 de marzo de 1918, requirió mover 150 mil metros cúbicos de roca granítica en la Sierra de Picachos (La Rumorosa). De Tecate partió el camino a Ensenada recibiendo el nombre de “Camino Militar”. El costo total de ambos caminos ascendió a 2.5 millones de pesos oro. Al final de su gobierno Cantú construyó más de 900 kilómetros de caminos y 350 kilómetros de rutas vecinales, dejando trazada y concursada la obra ferroviaria de Mexicali a San Felipe.

En un Manifiesto a la Nación publicado en octubre de 1915, se incluyó un resumen de las principales obras públicas y edificios construídos para entonces donde ya aparecen el palacio federal, un palacio municipal, una moderna penitenciaría y dos grandes cuarteles; un gran puente de hierro sobre el Río Nuevo y ya se tenía en proyecto la construcción  de un hospital de beneficencia y un colegio de educación superior (Escuela Cuauhtémoc) considerada la principal del noroeste, que subsiste como Casa de la Cultura, faltando por realizar el Palacio de Gobierno, hoy Rectoría de la Universidad Autónoma de Baja California (UABC). (16)

(15) Modesto C. Rolland. Informes sobre el Distrito Norte de la Baja California. p.p. 8-9
(16) Manifiesto a la Nación. 15 de octubre de 1915

A lo largo de su gobierno, bajo la dirección del profesor Matías Gómez, Cantú incrementó las escuelas y los maestros que se hicieron necesarios, incluyendo el medio rural, lo que motivó que el Consejo de Educación le otorgara el título de “Ciudadano más sobresaliente en el ramo de la educación en el período de 1914-1920”.

El 24 de diciembre de 1915, envió un amplio informe a Venustiano Carranza respecto el inicio y logros de su gobierno y concluye reconociendo su gobierno cuando escribe “me hallo dispuesto a secundar los esfuerzos del gobierno constitucionalista en pro de la reconstrucción y felicidad de la Patria. (17)
Pese a los ataques y acusaciones de sus enemigos Cantú permaneció en el cargo logrando que al fin Venustiano Carranza, en su primer acto de gobierno como presidente de México, circunstancialmente lo nombrara gobernador al desaparecer la jefatura política, mediante un telegrama enviado por Manuel Aguirre Berlanga el 2 de febrero de 1916. (18)

Cantú se anticipó a la Constitución de 1917 y desde el 16 de noviembre de 1916, declaró caducos por incumplimiento los contratos de deslinde y colonización de la Compañía Mexicana de Terrenos y Colonización (compañía inglesa), ordenando el pago de las obligaciones pecuniarias correspondientes desde que tomó posesión de los terrenos concesionados por el gobierno federal. Ante sus reclamos internacionales Venustiano Carranza envió a Pastor Roauix, Secretario de Fomento, para verificar el fundamento legal de lo actuado quien concluyó  ratificándolo.

Así pudo Cantú iniciar la colonización del valle con mexicanos de Mexicali, una vez expropiadas las tierras de la compañía inglesa, fundando las colonias Sonora, La Herradura y Abasolo, al igual que las colonias Benito Juárez y Zaragoza. El 8 de abril de 1917, compró a la Colorado Land River Company una superficie de 4,176 hectáreas para incorporarlas al fundo legal.

(17) Informe de Esteban Cantú a Carranza. 24 de diciembre de 1915. Documentos históricos de la Revolución…Op. cit. p.p. 275 a 279
(18) Telegrama de Manuel Aguirre Berlanga a Cantú. 12 de mayo de 1917. AHMM.


Con el permiso oficial y presencia personal de Cantú el 1 de enero de 1916, se inauguró el primer hipódromo de Tijuana que llegó a reunir hasta 10 mil personas en un solo día, dando inicio a un gran crecimiento económico y poblacional en la frontera y la entidad, que en tan solo cinco años aumentó de 9 mil a 25 mil pobladores. Poco después Antonio Elozúa inauguró la “Fiesta Típica Mexicana”, en el lugar en que posteriormente se construyó el primer palacio municipal, con casino, club nocturno y peleas de box y de gallos, entre otros atractivos. Con la llegada a Tijuana del ferrocarril San Diego-Arizona aumentaron los visitantes hasta a 22 mil personas los fines de semana. (19)

            La sucesión presidencial en 1920, propició el fin del gobierno de Cantú. Después del presidente Carranza, Obregón era el hombre con mayor poder político y militar considerándose su sucesor, sin embargo Carranza eligió como candidato al Ing. Ignacio Bonillas, embajador de México en Estados Unidos, por lo cual el gobernador de Sonora, Adolfo de la Huerta, proclamó el Plan de Agua Prieta desconociendo el gobierno de Carranza, quien abandonado por sus principales fuerzas militares, huyó hacia Veracruz, siendo asesinado en Tlaxcalaltongo, Puebla el 21 de mayo.

En su lugar se nombró interinamente al propio Adolfo de la Huerta. Cantú se inconformó por el genocidio y sus consecuencias y el 1 de junio solicitó permiso al presidente para ausentarse por unos días de su cargo, lo que mereció que Obregón, sin avisarle al presidente, nombrara como su substituto a Baldomero Almada. El 3 de junio se presentó éste en Mexicali y Cantú lo recibió y preparó una reunión pública en la Escuela Cuauhtémoc, alcanzando un amplio respaldo popular a su favor. Del 2 al 7 de junio se realizaron en todo el Distrito manifestaciones de apoyo similares, sobresaliendo la del día 6 en el parque Héroes de Chapultepec con aproximados 3 mil participantes.



(19) Marco Antonio Samaniego. Los gobiernos civiles de Baja California. 1920-1923. p.56

Tras una serie de comunicaciones por vía telegráfica en las que Obregón le pide a Cantú el 10 de junio no volver a dirigirse a él como intermediario con el gobierno central (20), el 16 recibió un telegrama de Gilberto Valenzuela, Subsecretario de Gobernación, notificándole que el presidente le retiraba la licencia para separarse provisionalmente del gobierno del Distrito (21), con lo que Cantú creyó superar el problema de su remoción, no sabiendo que el general Abelardo L. Rodríguez al frente de un contingente armado se aprestaba a obligarlo a renunciar al cargo.

Cantú cometió pronto un nuevo error al solicitar al presidente De la Huerta prorrogar las elecciones tres meses para mayor equidad en las campañas políticas, lo que provocó que fuera llamado a la ciudad de México, a lo que el coronel se rehusó. La prensa nacional incrementó su campaña de desprestigio, acusándolo ahora también de rebelde y traidor.

Por instrucciones presidenciales, a fines de julio el general  Rodríguez, al frente de un ejército de 5 mil hombres, salió hacia Manzanillo para embarcarse rumbo al Distrito Norte. Cantú publicó un manifiesto responsabilizando al gobierno federal de las consecuencias que tendría para Baja California y el país una nueva revolución, sin embargo termina cediendo y accede a entregar pacíficamente el poder.

Consecuente con su nueva forma de actuar es notable una carta que envía después a sus amigos y partidarios ya en el exilio, exhortándolos a sustituir la lucha armada por la lucha cívica, afirmando “me he llegado a convencer de que, atendiendo la situación general de México, lo más apropiado si queremos hacer labor eminentemente patriótica, es convertir la lucha armada en lucha política, procurando dentro de la paz, organizarnos en un Partido que llegue a imponer sus ideales por medio de la persuasión y del voto” . (22)



(20) Telegrama de Obregón a Cantú 10 de junio de 1920. AHMM
(21)  Telegrama del Subsecretario de Gobernación, Gilberto Valenzuela a Cantú. 16 de junio de 1920. AHMM
(22) Esteban Cantú. op cit. p.p. 44-45

Por esta razón José Trujillo Muñoz afirma que “Cantú fue un gran visionario que  hizo algo más que levantar paredes y trazar calles y plazas: puso a Mexicali a la vista de todo México como una ciudad-refugio, como un santuario para las victimas de todos los bandos de la revolución mexicana “La guerra fratricida continuaba despedazando a México, haciendo que muchos hermanos mexicanos emigraran al norte. De éstos llegaban muchos a Mexicali. Cantú, sin tomar en cuenta sus banderas políticas y considerándolos sólo como mexicanos, los aceptaba con los brazos abiertos, les regalaba parcelas y lotes, les daba trabajo”. (23)

Después de practicarse una auditoria de los fondos del Distrito y un arqueo de caja, se determinó que había en efectivo $483,640 pesos. Cantú entregó oficialmente el poder y los recursos a Luís M. Salazar el 18 de agosto de 1920, ante la presencia del enviado especial, Vito Alessio Robles, e inmediatamente salió al exilio en Los Ángeles, California donde permaneció hasta que en 1925, siendo ya Abelardo L. Rodríguez gobernador del Distrito le permite su regreso a Baja California y en marzo de 1926 lo  nombra inspector con un sueldo diario de diez pesos, ante su notoria insolvencia económica.  Los gobiernos subsecuentes, con algunos intervalos, por la misma razón y en reconocimiento a su obra, lo nombran con modestas remuneraciones variables. En 1954, siendo inspector administrativo con sueldo de mil pesos mensuales, renuncia aduciendo causas personales.
Mecanismos propios del sistema político de la época, a sugestión del presidente Adolfo Ruiz Cortines, el Corl. Esteban Cantú Jiménez es nominado candidato del PRI al Senado de la República por el estado de Baja California al cual ingresa en 1954, percibiendo 2,500 pesos por concepto de honorarios, gastos de representación y viáticos, después de descontarle su partido político los gastos de la campaña. A mi me correspondió entonces, en mi carácter de secretario particular, recibir su dictado y escribir su texto autobiográfico “Apuntes Históricos de Baja California Norte” que él mismo presentó durante el Primer Congreso de Historia Regional de Baja California celebrado en Mexicali, B.C. en septiembre de 1956.
 (23) José Trujillo Muñoz. Mexicali Centenario. Una historia comunitaria. p.58

Concluida su gestión parlamentaria en la Cámara Alta Cantú se reincorpora a la tierra que le es tan querida, con la sencillez, modestia y alegría
que le son propias. Camina despreocupado por las calles de la ciudad en la que dio vida al Ayuntamiento, que convirtió en capital de la entidad, que la comunicó con el resto de las cabeceras municipales, que realizó una obra extraordinaria en comunicaciones y en materia educativa de la que algunos edificios perduran como monumento a la cultura.
El 15 de marzo de 1966, 55 años después de haber arribado a Baja California como militar y de servirla y amarla como el que más, a los 85 años de edad murió en Mexicali el Corl. Esteban Cantú, al decir del Profr. Celso Aguirre, Cronista de Mexicali, “una de las figuras más grandes de la historia de Baja California, cuya grandeza forjó a base de trabajo y disciplina ejemplar. Cantú fue modelo de honradez, de modestia, de caballerosidad, de hidalguía. La penuria en que vivió sus últimos años, en el interior de una vecindad, es una imprecación a los políticos enriquecidos y deshonestos. La muerte agigantó su figura, la enalteció, la volvió imperecedera, perenne. El deceso del soldado patriota y gobernante probo, produjo consternación en todo el estado. Sus restos fueron velados en el Palacio de Gobierno que el mismo construyó “. (24)
La oración fúnebre oficial estuvo a cargo de David Piñera Ramírez, Miembro de número de la Academia Mexicana de la Historia, quien manifestó, entre otros conceptos. “Ya no veremos más transitar por las calles de Mexicali la figura modesta del Corl. Cantú, de ese venerable patriarca que en su ancianidad caminó a pié, después de haber manejado por años el tesoro público. Ahí queda su honradez inmaculada como paradigma y ejemplo de todo aquel que aspire a regir los destinos de la entidad”. (25)
(24) Celso Aguirre. Compendio Histórico Biográfico de Mexicali. p.p. 472-473
(25) David Piñera Ramírez. Oración fúnebre. op. cit. p. 274

A iniciativa de las sociedades de historia y los cronistas de la mayoría de las ciudades del estado, la Fundación Acevedo, A.C. en ceremonia solemne lo reconoció como Forjador de Baja California en 1998, y por su parte el XVII Ayuntamiento de Mexicali dispuso que la carretera Tijuana a Mexicali, de Laguna Salada a la ciudad capital del Estado, antes construida y llamada por él “Camino Nacional” cambiara su nombre a partir del 15 le marzo de 2004, en el 38 aniversario de su muerte, develando un señalamiento carretero que dice: CALZADA CORL. ESTEBAN CANTÚ, y ya se programa en breve la construcción de un monumento digno de su memoria.
Por razones de justicia y gratitud de la mayoría de los antiguos residentes de Baja California y en mi caso particular por respeto y cariño a mi jefe inolvidable en el Senado de la República y amigo hasta el final de su vida, cuando me apresto a reeditar nuevamente, 54 años después el primer libro en la historiografía de mi ciudad natal, Tijuana. Ensayo Monográfico (26), la única obra que prologó este personaje en toda su larga vida,  me complace traer a la memoria de mis distinguidos compañeros cronistas durante el XXXII Congreso Nacional de Cronistas de Ciudades Mexicanas, Coahuila 2009, para que el nombre y obra del CORONEL ESTEBAN CANTÚ JIMÉNEZ en el actual Estado de Baja California sea incluido en el Diccionario Historiográfico a editarse con motivo del Bicentenario de la Independencia y Centenario de la Revolución, por tratarse de un hombre extraordinario como militar, gobernante y ciudadano ejemplar que a su muerte, por voluntad propia, fue cubierto por las tierras del valle que rescató de manos extranjeras y lo puso a disposición del pueblo mexicano, fincando la grandeza de Mexicali, la ciudad que institucionalizó, construyó, comunicó y defendió con las armas y la razón hasta el final de su vida, dando siempre ejemplo incomparable de disciplina, probidad y amor a México.
Playas de Rosarito, B.C. 13 de abril de 2009
Lic. Conrado Acevedo Cárdenas.
Cronista vitalicio, de la ciudad
de Playas de Rosarito, B.C.


 (26) Conrado Acevedo Cárdenas. Prólogo E. Cantú. Tijuana. Ensayo Monográfico. 1955. p.p. 9-10


No hay comentarios:

Publicar un comentario