domingo, 10 de diciembre de 2017

CRONICAS ENSENADENSES.
PRESENTACIÓN DEL LIBRO CABALGANDO A BARLOVENTO, (La Ensenada que yo viví) escrito por el C. P. Mario Isaac Navarro Alcaráz.
Presentador Sr. Heberto J. Peterson Legrand.
 Cronista Honorario de Ensenada. B.C.



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Al leer el titulo y por su terminología percibe uno la influencia del mar sobre Mario, hijo de un egresado de la “Escuela Náutica de Mazatlán”, la más antigua de Latinoamérica.Ya frente a la obra y comenzar a leerla me atrapo y en un par de días la concluí. Estas pinceladas autobiográficas de Mario me llevaron de la mano, hicieron que en algunas partes de la obra afloraran los recuerdos de aquella Ensenada de los ’40 y ’50 que tan bien describe su autor quien nos habla de su nomenclatura, sus recuerdos del Cine Centenario inaugurado con motivo de los festejos del primer centenario de la independencia Mexicana…
Sé que Mario es de profesión Contador Público y Auditor y allí lo tenía ubicado, pero al leer su autobiografía el horizonte de la percepción se dilato enormemente. Al leer su obra descubro en él a un excelente escritor que nos tenía oculto su talento y vocación.
Conforme avanzaban mis ojos devorando la lectura me percato que Mario es poseedor de una excelente memoria. Otro Aspecto que me llamó mucho la atención es la forma de describir el entorno que le rodea, como lo va asimilando para después retratarlo con un lenguaje muy agradable, muy apropiado al cuál le pone sentimiento y enriquece con la terminología adecuada para explicar oficios, operaciones, la flora y fauna tanto terrestres como marinas durante su estancia no sólo en su querida Ensenada sino también en distintos lugares de la Península como son: El Rosario, Santa Rosalía, La Paz, etcétera.
Sus descripciones diría yo que tienen mucho de didácticas.. Fueron ocho hermanos y sus padres inocularon en él la cultura del esfuerzo y a socializar con sus hermanos al ser una familia numerosa.
La enumeración de sus lecturas y la calidad de las mismas nos hablan de un hombre amante de la cultura y de una gran avidez por aprender y entender el mundo en que vive.
En la lectura de la obra y gracias a  esa sensibilidad que le caracteriza y el saber encarnar el valor de la gratitud, veo en ella un muy justo y merecido homenaje a su padre que fue Piloto de Puerto en la Paz B.C. Sur, quien le ayudo a templar su carácter y amar y valorar el mar y adentrarlo en el conocimiento de su profesión; Un tributo a su abnegada Madre que muchas veces debido a la ausencia del Padre durante un mes o más meses por motivos propios de su profesión, ella se dedicaba en cuerpo y alma a tomar las riendas del hogar y enseñarles a escribir y leer, cuidarlos amorosamente durante sus enfermedades y darles consejos para hacer el bien y evitar el mal.
Recuerda y admira con especial afecto al Ing. Federico Reul Gotschal que también marco su vida y se convirtió en un modelo, en un paradigma por sus virtudes, talento y cualidades.
Al final de la obra nos presenta su propia cosmovisión del mundo en que estamos insertos y deja sentir su preocupación por el futuro. Una visión en la que alguien podrá estar en parte de acuerdo o no, pero dentro de esta pluralidad de la aldea global en la que vivimos es altamente respetable aquella persona que es congruente, de buena voluntad, y cuya vida ha sido es y será hasta el último momento de su existencia de búsqueda de la verdad.
Finalmente don Mario, su sueño hoy es una realidad donde pudimos constatar que sus caminos siempre los supo sembrar de Bien y ha sabido cultivar la auténtica amistad que es donación, como un valor Sagrado.





  

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