domingo, 10 de diciembre de 2017

A TI QUE HAS INSPIRADO MI VIDA
(En tus setenta años)
Heberto J. Peterson Legrand

Jorge Luis Borges, extraordinario escritor, en cierta ocasión dijo: “He cometido el peor de los pecados que un hombre puede cometer: no he sido feliz”.
Yo, insignificante junto a él, puedo decir con toda certeza: “Yo si he sido feliz”. El hombre Ser sociable por excelencia no puede estar solo, es un Ser para la complementariedad y yo en mi camino me encontré contigo, Antonia. Me encontré con la felicidad y tomados de la mano hemos transitado por los caminos de los años donde el sol ha brillado y ha alimentado con su calor nuestra relación, la luna ha inspirado nuestro amor y los nubarrones nunca han sido obstáculos sino acicate para mantener entrelazados nuestros dedos y dejar en nuestros corazones el latir unísono de nuestro niño, joven y adulto amor.
Las cosechas llamada felicidad que tú me has brindado se llaman: Rolando, Heberto, Soraya y, sus frutos: Iván Andrea, Erick y Jorge que se extienden en Karen y Jorge.
A tus setenta años tu alma se ha embellecido aún más, la expresión de tus ojos mucho me dicen, tu vientre es el templo sagrado donde diste vida a los frutos de nuestro amor, tu cuerpo sin la juventud y vitalidad del ayer sigue donándose a los tuyos para prodigarles la riqueza de tu amor…
¡Cómo no ser felices! Si todos giramos alrededor de tu prodigioso amor, de la fecundidad de tu vida que ha sido de entrega, de donación sin rendirte al cansancio.
Todos mis logros son tus logros porque tú has sido mi inspiración, mi musa que siempre ha estado hombro con hombro junto a mí en los retos, las dificultades, las pruebas y los desalientos para alentarme, en mis debilidades para fortalecerme…
Le doy gracias a Dios porque me ha bendecido con tu compañía, porque los mismos valores humanos y trascendentes han guiado nuestros pasos.
Te conocí niña en 1954 y desde entonces te robaste mi corazón, hoy en éste 2014 a tus 70 años sigue siendo tu prisionero, casi 47 años de matrimonio alimentado por la felicidad que tú has sabido comunicar.
¡Gracias Antonia por ser quien Eres!

Heberto.   



No hay comentarios:

Publicar un comentario