sábado, 24 de octubre de 2009

La Grandeza de un Gobernante.

“LA BRUJULA”

LA GRANDEZA DE UN GOBERNANTE…

Heberto Peterson Legrand.

Algunos gobernantes son muy dados a las alabanzas, a los halagos, como una necesidad de la cual no pueden prescindir...
Otros reciben el reconocimiento pero no pierden el piso. Saben que son servidores y que lo que están manejando son los recursos del pueblo no los de ellos. Sin embargo, la clase de obras que realizan son las que al final permitirá calificarlos.
Un gobernante se mide por la trascendencia de las obras que hace, que no necesariamente deben ser de orden material. Si lo material esta al servicio de logros más trascendentes como lo pueden ser instalaciones deportivas cuya finalidad es dar la oportunidad a los niños, jóvenes, adultos y ancianos para que puedan tener un mejor desarrollo físico y mental y como consecuencia mejor salud, es digno de aplaudirse.
Cuando las obras materiales están al servicio de las artes y la cultura, y ello dilata el horizonte de posibilidades para que la persona pueda realizarse más plenamente, se está contribuyendo a humanizar al hombre y a la mujer.
Si el gobernante toma como prioridad la educación en valores como un medio de liberación y realización, está abriendo los caminos para un futuro más esperanzador que permite la evolución de la sociedad en todos los aspectos.
Si el gobernante sabe ser sensible a las preocupaciones de la sociedad y reconociendo la importancia de ello sabe escucharla y ser el gestor más entusiasta de sus propuestas, quiere decir que no le esta dando la espalda, que no hay un divorcio y sí un espíritu solidario a las necesidades más sentidas de las familias.
Un gobernante debe ser muy celoso para vigilar que los conocimientos que reciben los alumnos que dependen de sus instituciones o instancias educativas estén sustentados en los valores de esa sociedad que él representa. Si el gobernante hace caso omiso y deja que los niños y jóvenes reciban “conocimientos” que lejos de formar deforman, está echando por tierra toda su obra porque cae en la incongruencia. Esta traicionando el sentir de las familias y atentando en contra de valores fundamentales.
Si la pornografía, la mala orientación sexual, la falta de valores morales, la falta de salud mental, la falta de educación en valores impregnan el ámbito de la educación, la falta de reconocimiento de los padres como primeros educadores, se instalan en el gobierno, ese gobernante cayo en el pragmatismo haciendo a un lado lo más trascendente.
A un gobernante no debe importarle ir en contra de funcionarios de su partido o gobierno afín si sé esta atentando en contra, repito, de lo más trascendente.
Cuando el gobernante termina su gestión al final es reconocido y querido por la sociedad; o es repudiado y ésta le echara en cara cuantas veces pueda su falta de probidad, su falta de ética, su falta de visión y de congruencia.
Así como se dice que no hagas a otro lo que no quieres que te hagan a ti, yo diría al gobernante: No hagas a otros lo que no quieres que le hagan a tu familia, a tus hijos, a tus nietos.
La grandeza de un Gobernante esta en los valores que supo encarnar durante su gestión y en su entrega incondicional buscando el Bien de la Familia, célula fundamental del tejido Social.

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