sábado, 24 de octubre de 2009

Desgaste vs. oposición resposable.

“LA BRUJULA”

DESGASTE VS. OPOSICION RESPONSABLE

Heberto Peterson Legrand.


El buen desempeño de un presidente esta, desde luego, en función del talento que tenga y la capacidad de tomar decisiones y don de mando...
Sin embargo, depende también en gran medida, del papel que desempeñe la oposición. Si ésta es talentosa y bien intencionada contribuye a que así sea. Si no tiene talento o su intención es ponerle piedras en el camino, lograra empañar la imagen presidencial y someterlo a un desgaste continuo para que no logre el éxito.
Si el objetivo de la oposición es que fracase el ejecutivo, todas sus acciones estarán perfiladas para que ello suceda. Habrán de formular una serie de estrategias para echar por tierra sus proyectos e intentarán imponer a como de lugar el propio.
Dentro de sus estrategias de seguro esta la de los medios de información, sobre todo hoy en día, que vivimos la cultura de la comunicación e información, como nunca antes, y estamos concientes de la influencia que estos tienen.
Se buscaría manipular la percepción de la opinión pública para polarizarla hacia los aspectos negativos o debilidades que puedan haber y distraerla para que no se percate de los logros alcanzados y, si algunos medios cual “idiotas útiles” caen en el juego pues...
Se buscara minimizar, hasta donde sea posible, la figura presidencial con el fin de quitarle el liderazgo y someterlo a un continuo desgaste que lo distraiga de los asuntos más importantes y trascendentes.
Desde luego que si el presidente se percata y arma su propia estrategia impedirá que no lo saquen de lo importante y buscara una mejor comunicación con el pueblo.
Caso contrario, cuando se tiene una oposición responsable, ésta es capaz de poner por encima de los intereses de partido el bien superior de la nación. Hay que decir que no necesariamente los intereses de partido deben ser contrarios a los de la nación: estos pueden coincidir cuando los hombres y mujeres que los integran son de buena voluntad.
Por otra parte, desde luego que dentro de la oposición hay visiones distintas a las del partido en el poder y durante las campañas políticas se trata de convencer al electorado de ellas para poder acceder al poder y encarnarlas.
Cuando se pierde, no hay que renunciar a los propios valores, principios o visiones, pero, si hay que tener la calidad de saber sumar las coincidencias y unir esfuerzos para asumir actitudes constructivas en bien del país.
Si un presidente cae en la trampa y lo agobia el desgaste a que lo someten queda debilitado, es desviado de sus metas y se convierte en veleta de todos los vientos.
Ser oposición es una seria responsabilidad que no debe dar cabida a la demagogia y si a la solidaridad tan necesaria.
Un presidente representa la voluntad de quienes lo eligieron y por respeto a esas voluntades se debe tratar con respeto su investidura. El presidente una vez investido debe gobernar para todos sin distinción de colores e ideologías.
Hay que aprender de las lecciones de nuestros errores y fracasos para no caer nuevamente en ellos.
Una persona sometida a un constante desgaste no puede ser igual de creativa y eficiente en su trabajo que aquella a quien lejos de ponerle piedra en el camino se le apoya para juntos construir.
Un presidente nunca tendrá la varita mágica que resolverá por sí misma los problemas. Se requiere del concurso de todos, más en una sociedad plural donde las mismas diferencias pueden enriquecer las soluciones esperadas.
La calidad de los partidos y políticos queda de manifiesto cuando son capaces de aportar al Bien Común que es corresponsabilidad de todos.
Urge construir la sociedad de la confianza y desechar la sociedad de la desconfianza que provoca retroceso.
Ya hemos perdido mucho tiempo, no podemos ni debemos perder Más.

No hay comentarios:

Publicar un comentario